Scroll to top
Atrás
Crónicas de viaje

San Francisco de Asís

Scroll

Se disputan muchos hechos sobre la vida del pintor italiano Giotto di Bondone: varias poblaciones cercanas a Florencia se atribuyen su lugar de nacimiento y se cree que nació alrededor de 1267; sobre su obra no se sabe el orden de creación, su modalidad de trabajo junto a un taller y sus aprendices y hasta hay controversia al aceptar su autoría sobre varias de sus obras más importantes. Lo que sí se sabe es que su estilo rompió radicalmente con 200 años de tradición bizantina al buscar representaciones más realistas en cuanto a la composición, las proporciones y la perspectiva, su obra se convirtió en precursora del movimiento renacentista.

Se dice que fue el mismo San Francisco quien escogió el lugar de su sepultura en la colina inferior de su pueblo natal Asís, lugar en el que enterraban a los criminales sentenciados y pecadores y que llevaba el nombre de Collis inferni (colina del infierno). En 1228, dos años después de su muerte, Francisco sería canonizado por el Papa Gregorio IX, y al día siguiente se colocarían las primeras piedras de la Basílica que guardaría los restos del nuevo santo y sería sede de la orden fundada en su nombre.

Según algunas versiones históricas de los hechos, en 1296 el general de la Orden Franciscana, Juan de Murlo, llamó a Giotto a que pintara frescos atribuidos a la vida de San Francisco en la parte inferior de la nave de la basílica superior. Las 28 escenas salen de la Leyenda Mayor de San Buenaventura que, a finales del siglo XIII, constituía la biografía oficial del santo.

Todo esto lo relata Giorgio Vasari en su libro Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos, la fuente escrita más importante sobre los pintores del renacimiento. Muchas de sus fechas, datos y anécdotas se han puesto en tela de juicio bajo una mirada contemporánea, al punto de que en algunos círculos, la paternidad de Giotto sobre los frescos de la vida de San Francisco ha sido puesta en duda. Algunos creen que fueron sus aprendices o artistas de su taller quienes desarrollaron la mayor parte de la obra.

Hace 10 años, en Bogotá, alguien se robó la estatua del venado que acompañaba el monumento a San Francisco en la plazoleta afuera de la iglesia La Porciúncula, ubicada en la carrera 11 con calle 72. La estatua que aún hoy en día permanece junto al santo es la de un lobo, que según la leyenda, se encontraba aterrorizando a la población de Gubbio hasta que llegó Francisco y con la señal de la cruz lo amansó. Por esta historia, al santo se le considera patrón de la naturaleza y protector de los animales.

Entre tantas historias y leyendas, un suceso del que sí podemos dar fé es el de la presentación de La Orquesta Filarmónica Juvenil de Cámara, una de las agrupaciones de la Filarmónica de Bogotá, dirigida por el maestro Leonardo Federico Hoyos, el pasado 9 de julio de 2022 en la Basílica Papal de San Francisco de Asís, en donde en donde anualmente “El Vaticano promueve un reconocimiento a líderes políticos, sociales y culturales comprometidos con la paz en el mundo”.

Para Sebastián Gaviria, de la Orquesta Filarmónica Juvenil de Cámara, “fue un viaje muy express porque fue solamente una semana, tuvimos cuatro conciertos en Italia y el jet lag y el cansancio tiene que pasar a un segundo plano porque hay que sacar a flote el concierto. A pesar del cansancio de la semana, viajamos y tocábamos y todos los días eran así, pero musicalmente se dieron buenos resultados. A la hora de la verdad cuando llegamos al escenario a tocar música, todo lo demás pasa a un segundo plano.”